Salgo a la calle y continúo viendo el típico cartel colgado de decenas de balcones, anunciando que se encuentra vacío y esperando pretendientes. La misma imagen se repite en locales comerciales. Carteles adheridos a unos cristales empañados por el polvo y la suciedad, tras los cuales apenas pueden verse los montones de correspondencia abandonados en el suelo. Triste recordatorio de una trayectoria de cuatro largos años. Es cierto que han cesado las imágenes en los medios de comunicación sobre las inacabables colas del paro, pero en todo caso ello se debe al nuevo servicio online instaurado por el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal). Son sólo algunos indicadores – de los observables por la ciudadanía de a pie, lejos de toda cifra estadística – de los muchos otros que podrían ilustrar la coyuntura actual, pero que constatan que, el pretendido milagro económico español que arrancó con el gobierno Aznar y empezó a agotarse al final de la primera legislatura de Zapatero, ha sido más bien un espejismo efímero, provocado por el denso humo de la especulación. Milagros de los de verdad, no existen, por mucho que la Iglesia se empeñe en ellos.
Siguiendo con el milagro en su sentido metafórico y mucho más cercano que el asiático, Continue reading






