Bulo: Noticia falsa propagada con algún fin. Sinónimos: mentira, embuste
Propagar: Hacer que algo se extienda o llegue a sitios distintos de aquel en que se produce.
Parece increíble como los bulos son capaces de resistir e ir dando coletazos por el ciberespacio durante semanas, meses, incluso años, después de haber sido denunciados, desenmascarados y analizados desde diferentes ángulos. Me pregunto si acaban extinguiéndose o se comportan como un ascua aparentemente apagada entre las cenizas y capaz de reavivarse con un nuevo soplo de aire. Me pregunto también si su virulencia se debe más a la premeditada y perversa elaboración de su contenido o al comportamiento poco responsable de quiénes los difunden. Aunque el asunto en cuestión, más conocido como hoax por su acepción inglesa, sea un tema muy recurrente en la web, creo preciso continuar hablando sobre él, insistentemente, para fomentar las buenas prácticas en la navegación on-line y frenar su transmisión.
Personalmente me decanto por tres detectores anti-bulo:
- uno de ellos totalmente visceral (algunas investigaciones científicas sostienen que las vísceras poseen inteligencia, ¿será acaso un bulo?): si enciende tus sentimientos más extremos, recela. Aunque no todos los bulos tienen ese componente. Mostramos una alta necesidad de compartir aquellas situaciones, noticias, rumores, que nos indignan enormemente (o en los que percibimos un peligro grave). El acto de la lectura desencadena una respuesta impulsiva y por tanto inmediata que es rápidamente satisfecha por las características inherentes a la comunicación on-line, por tanto un caldo de cultivo idóneo para que se produzca este fenómeno.
- el otro procede de una elaboración más lógica, a la vez que simple: si te piden que lo reenvíes, tal vez debas hacer justo lo contrario. Recordad la definición, el bulo es una propagación, su razón de ser, e Internet una de las más efectivas vías de propagación, inmediata y de efecto exponencial.
- si realmente te interesa la noticia, contrástala con una simple búsqueda, intentando localizar alguna fuente que te merezca confianza.
Las “trolas” no son sin embargo monopolio de las nuevas tecnologías. Recuerdo haber recibido en mi época de adolescente -y enviado, bendita ingenuidad- alguna de aquellas cadenas de correo que no se debía romper bajo ningún concepto. En aquellos tiempos nuestros únicos recursos eran papel, bolígrafo y sellos de correos, añadido a la paciencia y tenacidad que supone tener que hacer las copias a mano. Así que la comodidad de Internet facilita aún más el impulso de difundir la información.
La última de esas patrañas llegó a mi a través de facebook, aunque según nota de prensa, ha estado circulando también por e-mail y seguramente sea esa su procedencia original, saltando luego a la red social. Resulta de lo más interesante para radiografiar ciertos comportamientos y actitudes frente a este fenómeno y me ha proporcionado – he de reconocerlo- un cierto divertimento. También permite observar qué elementos articulan la propia historia y favorecen su difusión.
El bulo en cuestión es una circular supuestamente enviada por el secretario de organización de UGT-Campo de Gibraltar instando a los afiliados que lo deseen, a indicar en que puestos de la Administración desean ser “enchufados”. Que alguien sea capaz de dejar constancia de semejante ilegalidad por conductos oficiales, con firma, nombre, sello institucional, y resto de parafernalia, ya me parece suficientemente cómico como para no darle crédito. Curiosamente, al indagar sobre el nodo de procedencia de semejante noticia, compruebo que ha sido compartida 670 veces. No es posible determinar si el hecho de haber compartido este bulo puede interpretarse como admitido como verdadero. Probablemente algunas de las personas que lo difundieron, lo hayan hecho para poner de manifiesto su falsedad, pero sea como fuere, la operación viral ha funcionado.
Me inclino a pensar que en gran parte de esas 670 difusiones, se percibió la noticia como auténtica. Algo que encuentra un cierto fundamento si leemos con paciencia los comentarios adjuntos. Y es a través de ellos que podemos vislumbrar las reacciones y actitudes de la gente frente a determinado tipo de bulos y desvelar sus mecanismos de transmisión.
Es difícil saber en que fecha se inicia esta campaña, dado que el documento no está datado. Pero la atemporalidad es justamente lo que hace que los bulos no pierdan vigencia y dificulta la comprobación de su contenido. En el caso que nos ocupa, un artículo publicado en Europasur y fechado el 17 de diciembre de 2010 informa sobre la denuncia de UGT a la Policía Nacional y la Guardia Civil sobre la falsedad de la circular.
El nodo de referencia del cual sustraigo la información, compartió el falso documento en enero de este año, lo cual puede darnos una ligera idea de la longevidad de este tipo de material. No será hasta el duodécimo comentario que alguien apunte un mínimo atisbo de duda, pero sin afirmar con contundencia su falsedad. Los comentarios previos simplemente van calentando los ánimos, creando esa comunión de grupo que genera el hecho de compartir vicisitudes (crisis económica, paro, desencanto político, fraudes y estafas millonarias). Entrada vigésimo cuarta, primera duda razonable, aunque no parece atreverse a afirmarlo rotundamente, tal vez debido al efecto de unanimidad en los comentarios precedentes. Se le está dando un varapalo al sindicalismo y de algún modo, situar el comentario en un sentido diferente, puede ser interpretado como una traición. Ir a contracorriente incorpora ciertos riesgos que pocas personas están dispuestas a asumir. A veces incluso tenemos la falsa impresión de que si nuestra percepción diverge de la de la mayoría, debemos de estar equivocados. ¡Por fin! Comentario vigésimo octavo, alguien alerta de que el documento vale menos que una perra gorda y adjunta enlace a modo de verificación. Realmente es tan fácil como realizar una búsqueda sobre la noticia, si es que estamos interesados en ella, evaluando así la confianza que nos merece antes de optar por difundirla. Lo cómico viene a continuación, cuando a pesar de la alerta, los comentarios siguen con su tono de condena.
La mecha se ha encendido, la frustración acumulada por esas otras noticias sobre los abusos de la clase política, que sí son verídicas y que han llenado las páginas de todos los medios de comunicación en los últimos años, encuentra dónde volcarse. Ya poco importa si alguien intenta pinchar este globo de ficción, el bulo se ha alimentado lo suficiente como para no verse afectado por una gota de sensatez. Incluso si de los comentarios se desprende que su autor ha percibido la ficción, esto pasa a un segundo plano porque “aunque sea falso el documento, sabemos que estas cosas ocurren cada dos por tres”. Varios nuevos avisos sobre la falsedad de la circular, pero que si quieres Catalina. ¿Quien dijo que en Internet interactuamos?. En ese preciso instante tengo la impresión de que navegamos con anteojeras, que no vemos ni oímos a nadie más que al eco de nuestra voz. Vomitamos nuestras ideas prefijadas y por tanto cerramos nuestra mente a posibles alternativas o interpretaciones distintas, a la par que el bulo ejerce como un simple detonante de la rabia y la impotencia acumuladas. El 5 de febrero la autora de la primera alerta vuelve a dejar un comentario sugiriendo que se borre o modifique la entrada. La situación puede resultar divertida en extremo, pero si reflexionamos un poco, causa una cierta tristeza, de regusto amargo a batalla perdida.
En un análisis rápido de costes observo como el poder potencial de Internet como medio de difusión de ideas y de facilitador de cambios ideológicos, se ve contrarrestado por el esfuerzo cada vez mayor -a medida que la comunidad de internautas aumenta- dedicado a separar el grano de la paja, a contrastar por nuestros propios medios mucha de la información que se divulga. El hoax causa perjuicios de muchas clases: económicos, de reputación o prestigio, de facilitación del spam, a parte de reducir la confianza y credibilidad de los contenidos on-line. Los medios de comunicación profesionales disponen de códigos éticos profesionales y directrices institucionales que en cierta manera realizan por nosotros ese trabajo de filtrado y verificación de fuentes. En esta revolución de medios, donde cualquiera puede difundir información o desinformación, es una necesidad de primer orden generar una cultura digital responsable que debemos afrontar entre toda la comunidad, aunque de momento nos encontremos lejos de conseguir ese objetivo.
Imagen: internet.teoriza.es
Aunque se tiende a pensar que Internet y las redes sociales son el nuevo paradigma comunicativo y futuro/presente escenario de la verdadera democracia, para muchas personas no pasan de ser un lugar más donde volcar las filias y fobias. McLuhan dijo que el medio era el mensaje, pero el medio somos nosotros, las personas. Si nosotros no nos esforzamos y mejoramos como tales, los medios, los canales de comunicación, no lo harán por nosotros.
Un saludo.
Comparto plenamente tu sentir. Tal vez lo que esté haciendo Internet es visibilizar de forma más evidente nuestras limitaciones y errores, actuando como un espejo de 100 aumentos. A veces pienso que este medio es un instrumento demasiado sofisticado para una sociedad que en su dimensión humana no se ha desarrollado lo suficiente.Creo que ahí esta justamente nuestra tarea, educar de la forma que esté en nuestras manos para cambiar la forma en que pensamos la realidad y nuestra relación con los otros.