Imagino que muchos freaks de la tecnología ya sabréis que Apple ha conseguido que un tribunal alemán impida la distribución en toda la UE -excepto Holanda- de la nueva Samsung Galaxy Tab 10.1. La noticia en sí no es tan sorprendente si conocemos cómo se las gastan en Cupertino; la actitud de Apple frente a la competencia ha sido beligerante siempre que ha percibido una amenaza. Ya conocemos las batallas que la marca de la manzana ha venido protagonizando contra sus rivales estadounidenses Motorola y Amazon. La excepción que supone su buen rollo con Microsoft sigue en realidad la estrategia de “si no puedes con tu enemigo, únete a él”. Para todo lo demás, tambores de guerra… de patentes.

Siguiendo esta línea de actuación, Apple está librando su particular Guerra Mundial contra el gran enemigo coreano. Samsung había crecido demasiado -superando en algunos terrenos al gigante japonés Sony, que trata de huir de su propia decadencia-; tanto, que su posición en el mercado de los smartphones y tablets, en complicidad con Google y su exitoso sistema operativo Android, amenazaba el dominio absoluto de la compañía californiana. Fue precisamente en aquel estado norteamericano donde el pasado mes de abril Apple interpuso una demanda judicial contra Samsung, acusándola de copiar de manera “descarada” el diseño y funcionalidad de sus productos estrella, iPhone e iPad. Samsung por su parte, contraatacó interponiendo demandas contra Apple en Corea del Sur, Japón, Alemania y Estados Unidos. La guerra continuó en Australia (donde también quedó paralizada la distribución de la Galaxy Tab, aunque se ha acordado la fabricación de un modelo específico para aquel país) extendiéndose finalmente hacia Europa, donde una vez más los tribunales han dado la razón a la compañía americana.

Samsung, por su parte, se lamenta de no haber tenido ni tan siquiera la oportunidad de defenderse en los juzgados alemanes. El hecho es que la legislación de la UE permite solicitar una orden judicial pan-europea, que en este caso ha sido llevada a efecto al ser admitida la causa por parte del juez. Samsung dispone por supuesto del derecho de recurso -derecho que ya ha ejercido-, pero no cabe duda de que la suspensión cautelar de las ventas del Galaxy Tab 10.1 va a conceder una jugosa ventaja a Apple, que continuará acaparando el mercado de los tablets sin apenas competencia. Gran jugada de Steve Jobs y los suyos, precisamente cuando más debían preocuparse por el incremento de la cuota de mercado de Android respecto de iOS. Cabe imaginar cómo desembocará la historia: con mucho, mucho dinero de por medio…

Pero la pregunta que uno se hace ante casos como este es ¿qué resulta más censurable: la imitación de una idea o el freno a la competencia? Nadie duda que lo que convierte a Apple una marca tan especial -aparte de su capacidad de hipnotizar a las masas con el mejor marketing, diseño refinado y calidad de fabricación- es su genio innovador. Steve Jobs, a quien muchos partidos políticos hubiesen pagado fortunas para ser su candidato, ha sabido rodearse de los mejores profesionales no sólo a nivel técnico sino, ante todo, en el aspecto creativo. En cambio, las grandes compañías asiáticas han sabido especializarse en obtener las mejores características técnicas, presentando hojas de especificaciones al más alto nivel. Creatividad contra técnica; cada enemigo haciendo uso de sus propias armas. ¿Dónde terminan los derechos de unos y comienzan los de los demás? ¿Es justo el sistema de patentes? Esperamos vuestras valiosas opiniones.