Si bien es cierto que la formación académica como requisito esencial para mejorar la ocupabilidad, es una idea plenamente aceptada en nuestra sociedad, no es menos cierto que, no se le otorga al CV (Currículum Vitae) la importancia que se merece como herramienta en la búsqueda de empleo. Suele elevarse pues este documento a pura formalidad, a un trámite más entre el sinfín de gestiones que conlleva la vida diaria.
Si aceptamos que la mayor parte de la ocupación se gestiona a partir de procesos de reclutamiento externo en base a la publicación de una oferta (portales de Internet, prensa, revistas especializadas, bolsas de trabajo, etc.), nos será fácil entender el papel primordial que desempeña el CV en la obtención de una entrevista personal que es la razón de ser de aquél.
Previendo la necesidad de destacar entre un número creciente de CV, podemos aportar algunos elementos diferenciadores en la presentación de nuestro propio historial académico-profesional que tienen que ver con su forma y contenido.
En cuanto al primero de esos aspectos, resulta particularmente interesante el uso del Currículum Vitae Europeo o Europass. Su ventaja fundamental estriba en que permite la inclusión de habilidades y capacidades que no siempre derivan de nuestra formación académica o experiencia laboral – al contrario de lo que ocurre con los modelos tradicionales – y que pueden tener un alto valor o interés para el puesto de trabajo solicitado.
Otra de las ventajas del CV Europass es la posibilidad de cumplimentarlo on-line y de forma ágil desde la web oficial. El proceso es sencillo ya que estructura la información en 7 bloques independientes que pueden rellenarse en el orden que se desee y en diferentes sesiones. El sistema convierte automáticamente la información introducida, al modelo oficial y puede ser guardado en el ordenador y cargado posteriormente, para permitir eventuales actualizaciones del mismo. Existe también la opción de descargar el modelo en blanco para trabajar desde el ordenador.
Es en el apartado de habilidades y capacidades al que me refería más arriba, donde la inclusión de Blogs personales puede aportar un valor añadido a nuestro CV, introduciendo un elemento diferenciador que puede ser fácilmente recordado por la persona responsable de revisarlo. Por una parte, el Blog constituye una muestra de nuestra habilidad para operar con herramientas informáticas y manejar la información presente en la Red. Por otra, la simple lectura de los contenidos refleja nuestra propia personalidad y nuestros intereses, opiniones e inquietudes, mucho más allá de lo que podría desprenderse de la lectura de un CV tradicional. Si además el Blog en cuestión es de carácter técnico y/o relacionado con nuestra formación o profesión y se halla a la vez conectado con los conocimientos necesarios demandados en la oferta de trabajo, permitiría también una mejor aproximación a los saberes técnicos aportados por la candidatura.