En nuestro artículo anterior os hablamos sobre el Día mundial de IPv6 y las tranquilizadoras conclusiones que los participantes extrajeron a partir de las pruebas realizadas. Pese a ello, voces autorizadas como el pionero de Internet John Day anuncian sin tapujos que “IPv6 sigue sin ser la solución”.
Según el profesor e investigador de la Universidad de Boston, el verdadero hándicap de IPv6 es que -al igual que ocurre con IPv4- continúa basándose en el protocolo TCP/IP, para el que una dirección IP identifica unívocamente a la interfaz de un nodo (entendámosla como una conexión de red de un dispositivo), no al nodo en sí mismo. En el caso de que un nodo posea más de una interfaz, la red no tiene conocimiento de que estas interfaces tengan ninguna relación entre sí. En consecuencia, de producirse un fallo de conexión en una interfaz, la red no podrá restaurar la conexión haciendo uso de otra interfaz del mismo nodo. A la vista de estos hechos, John Day sentencia que “IPv6 no aporta ninguna solución a la Internet del Futuro; es sólo un parche más de la Internet actual, ya saturada”.
Otros analistas alertan sobre las amenazas que IPv6 trae consigo: vulnerabilidades de seguridad, encriptación ineficaz, lentitud de procesamiento del tráfico de datos, complejidad de administración… El paraíso de los hackers y el infierno de los administradores, sobre todo durante el periodo de transición de IPv4 a IPv6 a causa de la coexistencia e interacción de redes y servicios basados en ambos protocolos por separado.
Ya no hay vuelta atrás
Pese a todo, la transición a IPv6 es imparable, no sólo por las ventajas que ofrece respecto a IPv4, sino por el fin del direccionamiento IP al que nos acercamos vertiginosamente. Y este proceso se ha vuelto crítico para las empresas, que han comenzado una carrera contrarreloj para actualizar sus sistemas informáticos. Llegan las prisas para adaptar los sitios web corporativos y otros servicios web públicos; prisas más que justificadas, pues apenas el 12% de las redes de negocios se consideran preparadas técnicamente para el salto a IPv6.
Y para quienes deseen saber si su conexión a Internet ya está preparada para IPv6, Google ha preparado una sencilla herramienta que nos permite probar la compatibilidad de nuestro equipo informático. Visitando la URL http://ipv6test.google.com/ recibiremos respuesta inmediata sobre nuestras capacidades IPv6; si algo no va bien -cosa que raramente debería suceder-, el navegador mostrará información sobre el error detectado, que muy posiblemente estará en un modem obsoleto más que en nuestro propio PC o el proveedor de Internet contratado. Si el test da resultado positivo, en palabras de Google “tu conexión está preparada para el Internet del futuro”.