“There’s an app for that”. Qué razón tenían los señores de Apple cuando registraron aquel slogan para la campaña de su iPhone 3G. No cabe duda de que en la App Store podemos encontrar aplicaciones para todos los públicos y para casi cualquier fin: productividad, información, redes sociales, entretenimiento, chorradas varias -perdónenme la expresión, pero no encuentro en mi diccionario otra mejor- y ahora también… discriminación religiosa. ¿Qué será lo siguiente?
Judío o no judío: esa es la cuestión
La nueva aplicación estrella del iPhone tiene la particular utilidad de permitirnos conocer la pertenencia o no al judaísmo de diferentes celebridades del mundo del espectáculo, negocios, política… ‘Jew Or Not Jew’ -su nombre lo dice todo- permite realizar búsquedas de “Judíos famosos” por nombre o categoría, así como acceder a un listado de “Judíos más populares”, obtener datos de “Judíos aleatorios” y acceder a estadísticas y datos interesantes sobre el pueblo judío. Para cada persona incluída en su base de datos, la aplicación provee una galería fotográfica junto con el enlace a su biografía en la Wikipedia. Pero la cosa no podía quedar ahí: Jew Or Not Jew hace especial hincapié en la interacción del usuario, a quien se ofrece la posibilidad de indicar si le resulta o no una sorpresa que la persona en cuestión sea judía. Es más, también permite objetar sobre su condición religiosa si se tienen dudas al respecto. Internet 2.0 llevada al límite, por sólo 0,79 euros en la App Store…
Reacción desaforada
Todavía me pregunto si el creador de la aplicación (el franco-británico Johann Lévy) estará sorprendido ante la enorme reacción que ha generado su obra desde que salió a la venta el pasado 9 de agosto. En Francia, el diario Le Monde anunció que la asociación SOS Racisme -secundada por la Liga Internacional Contra el Racismo y el Antisemitismo- denunciaría ante los tribunales al Sr. Lévy, exigiendo al mismo tiempo que Apple (como fabricante del teléfono, desarrolladora de su sistema operativo y gestora de su tienda de aplicaciones) retirase inmediatamente este producto de su App Store en prevención de acciones legales contra la empresa californiana.
La implicación de Apple en esta denuncia resultaría exagerada de no ser porque la propia compañía se encarga celosamente de validar cada una de las aplicaciones dispuestas en su tienda. La acusación argumenta que Jew Or Not Jew vulnera el artículo 226-19 del Código Penal francés, que prohíbe “crear o mantener listados informáticos donde se clasifique a personas en función de su adscripción religiosa”. Ante la duda, y para evitar que el reguero de pólvora llegue hasta Cupertino, Apple ya ha retirado de su tienda la problemática aplicación.
¿Está justificado este alboroto?
Johann Lévy, por su parte, ha negado que la aplicación albergue intenciones antisemitas; de hecho, afirma que él mismo pertenece a la religión judía y que la orientación de su obra es radicalmente opuesta a aquella por la que se le acusa ya que, como declaró a France Soir, “el objetivo es aportar a los judíos un sentimiento de orgullo cuando ven que un hombre de negocios o una celebridad también son judíos”. Al final, todo depende de la malicia con la que queramos ver el asunto; pero, en cualquier caso, ¿es ésta una aplicación útil de algún modo -aunque sea como vehículo de lucimiento del orgullo judío-, o sólo existe para crear revuelo y dar notoriedad a su autor? Como suele decirse, lo que importa es que hablen de uno… aunque sea para mal.
Tampoco deja de sorprender tan colérica respuesta a la aplicación de Lévy, cuando en realidad desde hace ya cinco años está disponible en Internet el sitio web jewornotjew.com. Quizás sí se pueda acusar a Lévy de que el contenido de su aplicación esté claramente basado en el de aquella web. Plagios aparte, si su pecado ha sido trasladar aquel servicio de Internet al terreno de la telefonía móvil, ¿por qué, entonces, no se ha disparado semejante ola de indignación hasta que el asunto ha llegado al iPhone? Amigos: una vez más la magia de Apple, nos guste o no. Todo lo que tiene relación -directa o, como en este caso, poco más que tangencial- con la marca de la manzana, llega al dominio público a la velocidad de la luz y con tal magnificación que a nadie deja indiferente.
Sea como fuere, se trata de un tema delicado por sus implicaciones histórico-religiosas. Resulta comprensible que determinados grupos puedan sentirse ofendidos, tanto como puede serlo pensar que asuntos como éste no sobrepasan los límites de la libertad de creación y expresión. ¿Qué opináis sobre este asunto? Vuestros comentarios son bienvenidos.
Fotografía: islaBit.com
He leido un post muy interesante sobre esta aplicación en el blog de Interdiversity, donde refleja unos puntos de vista a tener en cuenta sobre el tema, ver en:
http://interdiversity.blogspot.com/2011/09/las-listas-y-las-app.html
Gracias por el interesante enlace, Kevin.