Los eventos taurinos y las noticias en torno a los mismos son algo que despierta nulo interés en mi, a no ser que se trate de la recurrente confrontación entre protaurinos y antitaurinos, que por sus connotaciones sociales, políticas, culturales y conductuales, resultan siempre interesantes de analizar. Pero hoy no se porqué, me dio por leer una noticia sobre la cogida que se produjo el pasado sábado en Xátiva (Valencia) a consecuencia de la cual falleció un joven de 29 años. Me sorprendieron varias cosas del artículo, todas ellas relacionadas con la fama de dicho toro en webs, foros y redes sociales.
La primera de ellas fue descubrir que el morlaco, de nombre Ratón, tiene cuenta en facebook, donde los internautas instan al animal, como si sus actos fueran precedidos de raciocinio humano, a que “corra la sangre”, en un obvio ataque contra los protaurinos. Los mensajes se suceden con bastante virulencia verbal, en casos concretos blandiendo directamente el insulto grosero y la palabra soez y en general, con una actitud agresiva que hace honor a la propia violencia que se supone critican y condenan. Una especie de circo romano readaptado a la era de la tecnología. Curiosa paradoja y escaso favor para los movimientos antitaurinos, que basan su postura en la defensa de unos derechos alegando la tortura e inhumanidad de ciertas prácticas. Supongo que la inmediatez de respuesta y el amplio alcance que permiten foros y redes, unidos a la sensación de protección que confiere Internet, contribuyen a alimentar esa verborrea desaforada, calentando los ánimos del siguiente lector. Si algún internauta despistado, amante o defensor de este tipo de festejos, comete el error de entrar en el perfil, corre el riesgo de ser vapuleado, insultado y tildado cuanto menos de neanderthal.
También me ha sorprendido la abundancia de vídeos colgados en youtube (más de 600), que recoge un amplio historial de encierros de este toro. Una parte importante de ellos incluye sus cogidas, por lo que sospecho que su expansión en ese medio se debe más al morbo que provoca ver al animal arremeter contra algún aficionado que al interés festivo del evento. La larga lista de comentarios que acompaña cada vídeo reproduce la confrontación entre defensores y detractores de este tipo de festejos con mayor incontinencia verbal, si cabe, que la manifestada en facebook.
Para acabar de conmocionarme, una búsqueda en google por “toro Ratón”, me ha devuelto 1.040.000 entradas. Por hacer comparaciones estúpidas… una búsqueda en el mismo sitio por “hambre en Africa”, me ha devuelto en el mismo día 967.000 resultados.
Más sorpresas al entrar a la web de Gregorio de Jesús, propietario del ejemplar y comprobar que hay dedicada una página a la biografía del archiconocido astado, tal cual se haría con cualquier personaje famoso. El texto recorre la vida de Ratón desde el nacimiento, hablando de sus progenitores, percances de adolescente -trauma psíquico incluido-, primera actuación en público y “carrera profesional”. No cabe duda de que este empresario sabe como optimizar el rendimiento de su producto. Tal y como se desprende de algunas de sus declaraciones hechas a la prensa, Gregorio de Jesús, sabe perfectamente que el público está dispuesto a pagar más por ese valor extra que aporta la fama de ser un animal peligroso. Y le saca partido, aprovechando de paso el mito de toro asesino que los medios de comunicación e Internet han ayudado a construir. Un ejemplo de operación de marketing de bajo coste. ¿Se habrá inspirado el señor de Jesús en Mundowiki y nuestros posts sobre marketing viral?.
Los taurinos y los antitaurinos comparten un interés común: Disfrutan cuando Ratón añade una víctima a su historial. Esto se refleja en los apoyos y aplausos que recibe el toro por parte de unos y el aumento de su caché por parte de los otros, entonces… ¡Todos contentos!
:-))))
Un saludo
¡Viva Mojacar!
Gracias por tu intervención Alfredo. Puede parecer que eso es así. Pero ni mucho menos mi reflexión recogía el sentir de todos los pro o antitaurinos, tan sólo una muestra de dos tipos de reacciones opuestas ante este fenómeno a través de la Red.