Mucho se ha hablado de la Ley Sinde, una ley que finalmente no se ha aprobado. Me voy a limitar aquí a dar a conocer mi parecer sobre el asunto. En primer lugar me parece bastante bochornoso que la llamada Ley Sinde, tal y como documentan los cables filtrados por wikileaks y que tan bien se explica en otros blogs, venga empujada sobremanera por la administración norteamericana. Resulta que a los políticos españoles se les infla la boca diciendo que esto se hace “por el bien de la industria cultural española que tantos puestos de trabajo genera” (Sinde en la radio, hoy); y al final es más por la presión USA que la propia iniciativa. Es normal, si vemos lo que se ofrece para descargar en esas webs observaremos que los contenidos son mayoritariamente americanos (series, películas y música). Es renormal, es la cultura dominante en el mundo para desgracia de otras, entre ellas la nuestra. Defienden lo suyo a su manera y Sinde y compañía adoptan sus indicaciones y pretenden apuntarse un tanto con el sector.
Lo que ocurre es que encima se han pasado de frenada y mucho. Han pretendido sacar una ley que se salte a los jueces y que una comisión creada al efecto pueda cerrar webs que consideren están infringiendo la ley. El gobierno haciendo justicia en vez de los jueces, peligroso.
Bien, segundo, puede ser que estas webs hagan pupa a algunas multinacionales distribuidoras y a algunos artistas megamundiales con dinero en paraísos fiscales; incluso le molestará a algunos autores más locales de cierto éxito que hayan sabido negociar mejor con los distribuidores; pero no son formas. Si alguien comete ilegalidades y se lucra con la creación de otros tendrá que ser un juez quien lo dictamine.
Por otro lado, tercero y último, si lo que se quiere es fomentar la industria cultural española quizás no habría que ir contra la distribución libre de los contenidos, habría que promoverla, al menos en el caso de la música. Tengo entendido que los músicos ganan bastante más dinero en los conciertos que en los discos vendidos. No se puede competir en el mismo campo de batalla con las multinacionales distribuidoras norteamericanas. Ellos vienen aquí a casi imponernos sus músicos-productos bajo el libre mercado de medios comprados (me refiero a las campañas encubiertas y por supuesto pagadas para que suenen los éxitos en las radioformulas y otros medios de comunicación). Se trataría entonces de fomentar la distribución y conocimiento de la producción musical local de calidad para que gane adeptos, genere interés y por tanto negocio posterior. Al estilo google.
Otros productos como el de las películas también podrán apoyarse en la tecnología. La experiencia de ir al cine va a seguir siendo demandada y más con tendencias punteras como el 3D. Sin embargo, la distribución de contenidos posteriormente al las primeras semanas de estreno necesitan de plataformas de distribución online baratas para los usuarios que curiosamente sí se desarrollan en países como EEUU.
Si queremos pasar de una industria cultural española subvencionada que a duras penas batalla con la anglosajona hagamos guerrilla. No vayamos a campo abierto porque nos llevan mucha ventaja, utilicemos la tecnología, distribuyamos, dispersemos información a las redes; y tendremos algo que hacer. Eso parece mucha mejor idea que imponer leyes a la medida de su intereses.
Pablo, estoy bastante de acuerdo con tu artículo, aunque creo que un debate más profundo sería el de la propiedad intelectual. ¿Es justo que Serrat (por ejemplo) gane dinero cada vez que suena el “La la la” en una radio? ¿Cuánto tiempo le lleva a un autor componer una canción o a un guionista hacer un guión? ¿No debería tener un límite económico la remuneración por derechos de autor?, es decir, tú has compuesto una canción ( un mes de tu trabajo o dos, no sé) y vas a percibir dinero por ella hasta que pasen 20 años O HASTA QUE INGRESES 6000€ o 10000€, los que sean. Pero coño, 20 años de la sopa boba como están muchos… no sé, no termino de verlo.
Querido Antonio,
Estoy de acuerdo en que hay debate en ese tema. Los derechos de autor duran 50 años en la mayoría de los países lo que puede parecer mucho o poco según quien lo interprete. Otra cosa es que organizaciones de no muy buena reputación se encarguen de gestionar esos derechos y se queden con un pellizco importante. La mayoría de los autores apenas ven dinero por sus obras. Unos cuantos elegidos probablemente sí ingresaran periódicamente sumas más o menos importantes. Algunos de ellos no estarían de acuerdo si quiera en que la SGAE persiga a las peluqueras que ponen su música mientras trabajan. La tecnología también podría ayudar a esto.
Pablo, creo que te equivocas en tu argumentación cuando dices “Han pretendido sacar una ley que se salte a los jueces y que una comisión creada al efecto pueda cerrar webs que consideren están infringiendo la ley. El gobierno haciendo justicia en vez de los jueces, peligroso”.
El texto que no se aprobó recogía que un juez de la Audiencia Nacional tenía que dar el visto bueno a la decisión tomada por la Comisión. Precisamente, esta intervención judicial era el principal escollo entre los diferentes grupos parlamentarios, que consideran que el texto podía llegar a no ser garantista con otros derechos, como la libertad de expresión.
Manda huevos -por otra parte- , que se aluda a la libertad de expresión. ¡Qué hipocresía la de los cibernautas! Como si lo que la Ley Sinde quisiera perseguir fueran cartas de amor o mensajes privados. Yo nunca he visto en las páginas que se quieren cerrar un vídeo original.
Estimado Gramán, gracias por tus aportaciones. El problema es que ese visto bueno se convertirá en un mero trámite. Tal y como se explica, la comisión -en base a los criterios establecidos- determinará la web que actúa “ilegalmente”. Primero dará la “oportunidad” a los gestores de la web de cesar en su actividad “ilegal”. Seguidamente se lo comunicarán al juzgado con un informe fundamentado dando plazo de 4 DIAS para contestar al juez. Tal y como están los juzgados y siendo un informe de una comisión de expertos será ver el informe y darle salida positiva.
Sobre lo de los cibernautas -entre los cuales tu y yo nos encontramos, gente normal- opino que me parece bien que haya protestas ante algo ciertamente mejorable. Si alguna web está haciendo alguna ilegalidad habrá que perseguirla y en base a la ley juzgarla. Pero la ley ya existe, los jueces también; y la crisis no está para nuevas comisiones de expertos.
Supongo que, precisamente porque los juzgados están saturados, la ley propone que sea una comisión la que haga el informe documentado, y los jueces se limiten a dar el visto bueno. Supongo que se podrá hacer de otra manera, por ejemplo, esperando dos años a que dicte sentencia un juzgado colapsado, pero a mí me parece bueno éste.
Lo más curioso del asunto me parece que es el hecho de que hasta que lo acabo de leer en tu respuesta, no me había enterado de cómo era la propuesta de Ley, y me temo que a nueve de cada diez españoles que opinan sobre ella les ocurre lo mismo.
Querido Antonio, te respondo a las pregunta que le haces a Pablo: “¿Es justo que Serrat (por ejemplo) gane dinero cada vez que suena el “La la la” en una radio? ¿Cuánto tiempo le lleva a un autor componer una canción o a un guionista hacer un guión?”
El arte no se puede medir por horas, como no se puede medir la genialidad. Si tengo una peluquería y no quiero pagar una tasa a Serrat, con no poner sus canciones, listo. Existen canales de música libre a tal efecto, como existe software libre, pero nadie lo quiere, ¿por qué? Porque es mejor el de pago. Pero preferimos no pagar y tener acceso a lo bueno.
Supongamos que tú eres arquitecto y te curras durante dos meses un edificio. Te pagan por ello 20.000 euros. Resulta que alguien te copia los planos y los cuelga en Internet para que los use quien quiera. La página le va bien y se hace con un montón de planos más, que también cuelga. Su página es un éxito y el tío se forra con la publicidad en Internet. La promotora que te contrató flipa con encontrar gratis lo que antes le costaba dinero y decide que no tiene sentido encargarte a ti más planos. Pero la cosa no queda ahí: casi todas las promotoras deciden hacer lo mismo, con lo cual a los arquitectos cada vez les encargan menos cosas. Tú estás indignado, pides que se exijan responsabilidades a los que te han robado tus planos y la respuesta que te dan es: “No podemos poner puertas al desarrollo tecnológico. Y además, ¿no cobraste ya los planos originales cuando los hiciste?
Estimado Gramán, he dedicado una entrada a este tema que espero sirva para darte mi opinión sobre el asunto. Espero que Antonio tambíén quiera responderte próximamente.
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