Total, que ya llevo 2 años y unos meses en Barcelona. Fue llegar y empezar a liarse parda con el Procés independentista. Recuerdo que al poco de aterrizar fueron las elecciones en Cataluña con el resultado de mayoría de representantes pro-independencia; y yo operandome de apendicitis en el Hospital del Mar con servicios mínimos. Hasta hoy no han sido pocos los jaleos vividos; recuerdo días que sabías que había lío por tanto helicóptero en el cielo. Se aprende mucho de estas historias que básicamente son de enfrentamiento.
No me pronunciaré hoy sobre el Procés aunque, de un enfrentamiento, de inicio, no cabe esperar nada bueno; quizás cuando pase la tormenta. Así que en estás andaba yo intentando abstraerme de tanto ruido, meditando por qué no nos movilizamos por otras cosas como el libre movimiento de mujeres y niños por todo el mundo (al carajo los hombres con nuestra testosterona y radicalismos varios), cuando, por ver algo positivo entre tanta espesura, me agarré a mis ideas confabulatorías de la alta burguesía y pensé: ¿No será todo esto un acuerdo de las élites catalanes y españolas para comprar barato lo que vendieron caro? Chorradas mías, pero viviendo en Barcelona donde todo lo inmobiliario está por los cielos y al parecer mucho se ha vendido a capital inversor extranjero (yo desde luego veo muchos guiris), y siendo un currito de a pie, pues tienes la ilusión de que bajen los precios de la vivienda ya que propietario no eres.
Pues bien, no ha sido así por ahora y la burbuja no ha pinchado. Vivo vecino a un barrio al que me gusta ir a desayunar los fines de semana (feria dominical del libro mediante). Hay cafeterías modernas a las que he dejado de ir después de la tercera subida por una tostada en un año. El Mercado de Sant Antoni está próximo a su apertura después de 10 años en obras y leo cosas como esta: “Mercado y supermanzana: Sant Antoni ante la tormenta inmobiliaria perfecta”. No hace gracia saber que a jóvenes, y no tan jóvenes, que llevan viviendo sus buenos lustros en el barrio deben marcharse a otras zonas por la llegada de capital inversor-especulador. Estos a los que les suben el alquiler un 50% se desplazarán a nuevas ubicaciones que también subirán sus precios desplazando a quien sabe qué precarios trabajadores. ¡Viva el movimiento capitalista! ¡Abajo el movimeinto tecnopop! ¡Procés, haz algo!