Un aspecto que me ha sorprendido desde que vivo en el centro de Barcelona es la gran cantidad de locales de apuestas que encuentro a mi paso. Jóvenes y no tan jóvenes se consumen a sus puertas haciendo una parada entre apuesta y tragaperra, mientras se fuman su cigarrillo y su angustia. Cómo no ir probando suerte si los futbolistas más famosos y los equipos más seguidos son patrocinados por casas de apuestas hasta hace poco radicadas en Gibraltar. Cómo no caer en esa apuesta online radiada hasta la saciedad.

Al parecer los locales de apuestas cada vez se hacen más amigable y su público más joven. La cultura del juego ganando a la Cultura con mayúscula e IVA al 21%. Incluso el Profesor autor de un informe sobre el juego en 2016 -pagado por una empresa del sector-  dirá que las apuestas son como “comprar un libro o ir al cine o al teatro“. Igualito.

Otros especialistas coincidirán en que la modalidad de juego online cumple con todos los requisitos para ser altamente adictiva, todavía más que el juego presencial. Los factores para este éxito son la estimulación visual; la posibilidad de jugar en solitario y con cuantía de apuestas baja; la disponibilidad y accesibilidad 24 horas; y la privacidad. Apostantes solitarios directos a la bancarrota. El anzuelo es goloso con casas de apuestas que ofrecen hasta 200 euros gratis en apuestas (si te crees que tener que apostar esa cantidad 5 veces es gratuito).

El debate al respecto parece mínimo en un signo de decadencia social y cultural evidente. Cierran librerías y teatros, y se abren locales de apuestas. Viva el dinero por el dinero. No leas, no disfrutes de obras que te hagan pensar; ¿Tienes algo de dinero? juégatelo, el paraíso te espera.

Última nota: es curioso ver la estrategia de las casas de apuestas en sus anuncios, parece que olvidarán el objeto de su negocio y se presentaran como algo gracioso simplemente, buen rollito masculino -de dudoso gusto en muchas ocasiones– mientras te dejas tu dinero. Yo me quedo con la parodia de Crackovia 🙂