Según los estados de Virginia y Missouri los “one on one” son para jugar al baloncesto, no para chatear con tus alumnos. No sorprende mucho la noticia de que estos estados quieran prohibir la comunicación online “uno a uno” entre profesores y alumnos; en esas geografías se tiende a regular el comportamiento social para evitar conductas inapropiadas de acercamiento sexual. También se regula el acercamiento físico e incluso las conversaciones en vivo, tal y como podemos leer en el “Guidelines for the Prevention of Sexual Misconduct & Abuse in Virginia Public Schools” (en este documento se regula la comunicación online, página ocho).
El tema es peliagudo medie o no tecnología. Ciertamente los estudiantes de hoy en día desarrollan buena parte de su actividad social en internet; así que es lógico que los potenciales abusadores se infiltren en la red para ver que pescan. Con elementos reguladores como estos se facilita el castigar a los infractores al fijar claramente una línea roja que no se debe traspasar. En todo caso la tecnología no es culpable de estos comportamientos, es el uso que se le da a la misma.
Sin embargo, un exceso regulador también puede ser incongruente o esconder aspectos negativos. A menudo los profesores se configuran como figuras respetables para los alumnos, personas en las que confiar, a las que acudir en ciertos momentos delicados. Este tipo de leyes aleja la posibilidad de que los alumnos usen estos medios para apoyarse en sus profesores. Así, los profesores solo están para impartir conocimientos más que para educar y ayudar al crecimiento personal. Las familias parecen querer decir: “ey profe, limítese a su trabajo”. Si un alumno con un problema personal se acerca por estas vías a un profesor, este no podrá atenderle sin miedo de ser apercibido.
Cuanto más escribo sobre este asunto más me doy cuenta de la complejidad del asunto. Como en todo, el equilibrio es muy importante. Conozco a profesores que agregan a sus alumnos a sus cuentas de facebook o que en las plataformas de elearning de las universidades facilitan todas las herramientas de comunicación posible. A veces esto se vuelve en contra: los alumnos terminan sabiendo demasiado de ti o el foro del curso sirve para que proclamen (con dudosa razón) lo malísimo que son los profesores y su forma de evaluar.
Personalmente prefiero a los alumnos más alejados. Solo recuerdo haber mantenido comunicación online sincrona con alumnos en la distancia, y algún representante de alumnos trasladandome algún comentario general. Si este tipo de normativas se generaliza tendré que alejarme aún más. ¿Está bien? ¿Está mal? Lanzad comentarios.